El Olimpo de los griegos y de los romanos
La mitología griega, el gran conjunto de mitos y leyendas que la Antigüedad clásica elaboró con fantasía narrativa casi semejante a la piedad religiosa, no se aparta demasiado, en su núcleo esencial y más antiguo, de las creencias religiosas comunes a los pueblos indoeuropeos, es decir, a los más antiguos habitantes de Asia y de Europa. En su forma más próxima a los orígenes, la conocemos a través de las obras de Homero y de Hesíodo; pero lo que estos autores nos ofrecen es ya el resultado de una larga evolución, de una fusión de los mitos y creencias que eran, en parte, patrimonio de los pueblos que en el transcurso del milenio n a. de J.C. descendieron del norte y se establecieron en las regiones meridionales de la península balcánica. También en parte se remontaban a la civilización cretense que dominaba el mar Egeo y con la cual los invasores griegos estuvieron en contacto. No vamos a extendemos en un tratado sobre la formación de los mitos, pero podemos, no obstante, señalar e