jueves, 21 de junio de 2018

ETER

Éter es el aire superior luminoso, también llamado Akmon (El cenit) o Akmê (el incansable). Era un Protogenos (uno de los dioses elementales primogénitos), es el dios luminoso, brillando azul en lo alto del cielo. Sobre él estaba el domo sólido de Urano (el cielo estrellado), Debajo de él se encontraba el transparente aire (Kaos-Aer). Por la tarde su madre Nyx cubría con su velo de oscuridad separando a Éter y a Aer trayendo la noche a los hombres.



En la mañana su hermana y esposa Hemera dispersaba este velo revelando el azul brillante del día. Éter era uno de los tres “aires”. El aire del medio era Aer o Khaos, una sustancia sin color que envolvía al mundo mortal. El más bajo estaba Erebos, el aire oscuro que envolvía al Tartato (inframundo) y el reino de los muertos. Sobre ello el aire superior era Éter, la luz, lugar donde de los dioses de cielo construían su morada. Envolvía las crestas montañesas, sobre las nubes. Las estrellas, el sol y la luna, fueron formadas de los fuegos concentrados de Éter.



El Éter aparece como el alma del mundo del que emana toda vida, aún hoy el nacimiento es llamado “dar a Luz [traer a la luz]”. El Éter en tiempos más tardes se consideró como el espacio ancho de cielo, residencia de los dioses, y a Zeus como el señor del Éter y su hermana Hemera [diosa del día] se asimiló a Hera (diosa del cielo). Algunas versiones señalan a Éter como padre o equivalente a Urano (el Cielo), llamándolo Akmon porque el movimiento celestial es incansable.

Epicurus (siglos IV a III a.C.) dice que el mundo empezó a semejanza de un huevo, que se dividió y formo al mundo en dos hemisferios, los átomos más finos flotaron arriba volviéndose el Aire Luminoso [Éter, Urano] y el Viento más enrarecido [Khaos, Aer], mientras los más pesados viajaron abajo, dando a la tierra seca [Gea, Gaia] y a las aguas fluidas [Ponto, Oceano]. De alguna forma los cuatro elementos clásicos: fuego (Éter), aire (Caos), agua (Pontos) y tierra (Gaia).


jueves, 14 de junio de 2018

Las Moiras





Las Moiras. Si te interesa la mitología griega seguro que te encantará conocer a estas singulares mujeres, de las cuales, se decía que tenían incluso más poder que el propio Zeus. Eran tres y vestían túnicas blancas, damas oscuras poseedoras de un increíble y oscuro poder: controlar el hilo de la vida de cada mortal, desde el momento de su nacimiento hasta su muerte. Puede que no lo hayas notado, puede que nunca hayas percibido ese fino hilillo que estas viejas señoras tejen a nuestro alrededor perfilando el manto de toda nuestra existencia… mujeres melancólicas que William Shakespeare llevó al mundo del teatro a través de su espléndido “Macbeth”.

Zeus y las Moiras

Todos temen a las Moiras. Porque ¿Quién hay más poderoso que aquel que dispone en sus dedos del destino de todo mortal o inmortal? En efecto, incluso el propio Zeus estaba sujeto a sus designios, las honraba y las respetaba porque eran hijas de los dioses primordiales: Nix (la Noche) y Ananké (la Necesidad).



Si bien, y siguiendo los textos de Heródoto y Platón, se decía que aunque Zeus era quien controlaba en algunos aspectos el destino de los mortales, no era en absoluto quien tomaba la última palabra, podía honrar, recompensar y castigar, pero no tenía conocimiento del destino ni sabía cómo iban a ser sus finales. No controlaba el nacimiento ni la muerte. Esta competencia era exclusiva de las Moiras.

El poder de las Moiras y el hilo de la vida

Según la tradición griega, las Moiras solían aparecerse en la cuna de los recién nacidos al cabo de tres noches desde su nacimiento, para establecer cuál iba a ser el curso vital de dicha criatura. Originalmente y en tiempos más antiguos, estos personajes estaban asociados al nacimiento, pero con el transcurso de los años quedaron unidas a otro poder mucho más singular y relevante: dirigir el destino.



Las tres mujeres se situaban alrededor del recién nacido y empezaba a extraer ese hilo vital para tejer su presente y su futuro, el designo que iba a quedar prendido de por vida en ese nuevo ser recién llegado al mundo. Las Moiras tenían nombre y cada una disponía de una función en particular, dentro de esta importante tarea dentro del panteón griego:

Cloto, la hilandera: era la encargada de extraer la hebra de la vida de las criaturas recién llegadas al mundo, la cogía con sus largos y huesudos y lo instalaba en la rueca de su huso. Se la solía invocar en el noveno mes de gestación.
Láquesis, la que aporta la suerte: esta oscura y enjuta dama tenía una vara, y con ella, media la longitud del hilo de la vida de las personas. Realmente inquietante…
Átropos, la inexorable o la inevitable: Este nombre aterrador era debido a su importante función, la de hacer girar la rueca de la vida y cortarlo cuando fuera el momento. Ella elegía cuando hacerlo, sacando para tal terrible momento unas llamativas tijeras….

Las Moiras son inflexibles, nada puede hacerles cambiar de opinión, representan una ley y es imposible alterar esa premisa inmutable del universo, de ahí por ejemplo que ningún Dios pudiera salvar la vida de un héroe si había llegado realmente su momento. Estos personajes eran conocidos en Roma como las Parcas, teniendo en esencia las mismas características y capacidades semejantes: tejían el hilo de la vida y traían la muerte a las personas. Eran tres hermanas: una simbolizaba el nacimiento, otra, el matrimonio, y la tercera, cómo no… la muerte.

Hallan en El Cairo uno de los descubrimientos más importantes de la historia arqueológica de Egipto

Una misión conjunta de egiptólogos locales y alemanes halló dos estatuas de reyes faraónicos de la dinastía XIX, informó el Ministerio de Antigüedades



Una de las estatuas, que se cree que es de Ramsés II, fue hallada rota en grandes trozos de cuarcita y mide, en total, unos 8 metros, según informó el ministro de Antigüedades egipcias, Mahmud Afifi, en el comunicado. En el texto se resalta que el descubrimiento representa uno de los más importantes de la historia arqueológica de Egipto, según estimaron desde el Ministerio de Antigüedades de ese país.

La otra pieza es la parte superior de una estatua en tamaño natural del rey Seti I, hijo de Ramses I y segundo faraón de su citada dinastía, hecha de caliza y que mide alrededor de 80 centímetros.



El hallazgo tuvo lugar en la zona arqueológica de Ain Shams, alrededor de los restos del templo de Ramsés II en la antigua ciudad de Heliópolis, que ahora es un barrio de la capital egipcia.



El jefe de la misión, Ayman Ashmaui, indicó que las excavaciones y las investigaciones continúan en búsqueda de las demás partes para corroborar la identidad de la estatua de mayor tamaño, puesto que la parte encontrada no tiene epigrafía que indique a quien pertenece.


Sin embargo, los arqueólogos creen que podría ser de Ramsés II, por el hecho de que fue descubierto enfrente de la puerta de su templo.



El ministro de Antigüedades, Jaled Al Anani, dijo que la estatua se trasladará al nuevo Museo Egipcio para ser restaurado y expuesto en un lugar que se inaugurará parcialmente en 2018.





martes, 12 de junio de 2018

Los arqueólogos han hecho un hallazgo sorprendente sobre las cabezas de la Isla de Pascua

Seguramente todos hayáis oído hablar de las famosas cabezas de piedra que pueblan la Isla de Pascua o Rapa Nui, conocidas como moáis. En su mayoría, las 887 figuras de piedra monolítica fueron labradas en toba del cono volcánico Rano Raraku por los nativos isleños. Con un tamaño promedio de casi 4 metros de altura y 14 toneladas de peso, las estatuas son el principal motivo turístico de la isla. 

 Recientemente, un grupo de arqueólogos del Easter Island Statue Project, dirigidos por Jo Anne van Tilburg, de la Universidad de California, han desenterrado los cuerpos de algunos moáis que solo mostraban la cabeza en la cantera del volcán Rano Raraku. Aquí quedan aún cerca de 150 estatuas, enterradas a varios metros de profundidad, de las que únicamente son visibles la cabeza y parte del torso. 



Uno de los factores de su perdurabilidad e impacto histórico es que, por su peso y tamaño, no han sido objeto de robo. Sin embargo, recientemente hemos podido ser testigos del alcance de su enormidad 



 Desde 1914, muchos arqueólogos sabían que algunos moáis tenían un cuerpo enterrado bajo tierra, ya que algunas asomaban los hombros 



Según Jo Anne Van Tilburg, “existen cerca de 150 estatuas enterradas hasta los hombros en la ladera de un volcán, que corresponden con las figuras más famosas, bellas y más fotografiadas de la Isla de Pascua. Todo el mundo pensaba que el resto de estatuas solo eran cabezas”



 Con el comienzo de las excavaciones arqueológicas, el interés público hacia el cuerpo de los moáis se extendió considerablemente. Sucedió tan rápido que, en 2012, la web del proyecto, de poco tránsito hasta entonces, empezó a recibir la visita inesperada de 3 millones de internautas diarias”



 A pesar de que llevan estudiándose desde hace más de una década, estas excavación es la primera que cuenta con un fácil acceso para el público



 Con el descubrimiento de los cuerpos de las cabezas de moái, han salido a la luz más petroglifos, que aportan un mayor trasfondo histórico a las estatuas



 Las investigaciones han concluido que los moáis se erigieron en el mismo lugar en el que se encuentran enterrados y que fueron colocados sobre pedestales de piedra, aunque poco se sabe de su enigmática escritura. Además, no fue el hombre quien las cubrió de tierra, sino la acción del tiempo y de los elementos 

Ananké




La diosa Ananké carece de cuerpo, rostro o figura o aspecto. Nadie sabe ni siquiera si existe, pero conocemos sus efectos. Y estos son los que llamamos "la fatalidad", aquello que forzosamente sucede y no hay modo de evitarlo.
La diosa Ananké es tan poderosa que domina a todos los demás dioses, los doblega, le obedecen. Si Ananké así lo dedice, ni Zeus puede evitar lo que vaya a suceder.

Era la diosa o personificación del destino, de la necesidad, la inevitabilidad, la ineludibilidad y la compulsión en la mitología griega. Era madre de las moiras, de Éter, Caos y Erebo. Se le consideraba la contraparte de Cronos y en algunas ocasiones se le consideraba hija de éste. Estaba fuera del alcance de todo el resto de dioses, representando la fuerza del destino y guiando la rotación de los cielos.

Surgió al principio del mundo creándose a sí misma y en el mismo tiempo que Cronos. Era un ser étereo cuyos brazos abrazaban todo el mundo. Junto a Cronos rodeó al huevo primigenio y debido a la constricción de éste formaron las partes constituyentes del mundo ordenado, la tierra, el cielo y el mar. Se le adoraba principalmente en la tradición órfica.

miércoles, 6 de junio de 2018

Monstruos y criaturas mitologicas,con info e imagenes

Imagenes sobre algunos seres mitológicos y una descripción de cada uno:



Hidra de lerna

grecia

Mitologia

Al sur de la ciudad de Argos, no lejos de Tirinto y de Micenas, había pantanos de agua dulce alimentados por manantiales. El pantano de Lerna tomaba su nombre de la cercana ciudad homónima, y se decía que más allá de las aguas estancadas se abría la entrada a los infiernos; custodiaba esta puerta un terrible monstruo que atacaba los rebaños y saqueaba con frecuencia los territorios de los alrededores. Era una hidra, una serpiente acuática, hija de Equidna y de Tifón, a la que Hera había criado apropósito cerca de la fuente Amimone, bajo un plátano, para servirse de ella contra Heracles. Las representaciones nos la muestran como una criatura de cuerpo informe, de la q1ue surgen numerosas cabezas, de 5 a 12. Algunas leyendas nos dicen que poesía incluso 50 o 100. Se decía que la cabeza central, representada a veces con los rasgos de un rostro humano, era inmortal. Sus fauces exhalaban un aliento mefítico que resultaba letal para quien se acercara, las cabezas, aunque cercenadas, volvían a crecer sin cesar. Euristeo ordenó a Heracles que matara a la temible criatura, y éste, que conocía su fama, llevó consigo a otro joven héroe, Iloao, hijo de su hermano mortal Ificles. Ambos llegaron en un carro de guerra a la antigua ciudad de Lerna, se adentraron en el pantano y encontraron la serpiente en su madriguera subterránea cerca de la fuente Amimone. Heracles disparó sus flechas encendidas hacia la caverna, obligando así al monstruo a salir al descubierto. Apenas Heracles lo vio serpentear hacia fuera, lo atacó con su espada curva, pero del tronco de cada cabeza cercenada crecían dos nuevas, y el héroe no veía posibilidad alguna de éxito. Además, Hera, prosiguiendo su incansable lucha contra Heracles, envió en socorro de la hidra a un cangrejo gigante, Carcino, que mordió al héroe en el talón. Heracles tuvo que dejar la lucha con la hidra para aplastar al cangrejo, pero entre tanto meditaba nuevas tácticas para enfrentarse al terrible adversario. Mandó a Iolao a procurarse tizones ardientes, con los que poder quemar las carnes del monstruo, impidiendo de este modo el crecimientote nuevas cabezas, y el joven así lo hizo, consumiendo todo el bosque de le zona; después de una larga lucha, el la que Heracles cortaba las cabezas e Iolao quemaba inmediatamente su tronco, sólo le quedó a la hidra la cabeza central, aquella a la que se consideraba inmortal. Heracles también le rebanó, la enterró en el camino que unía Lerna con Eleunte y puso una gran roca sobre la cavidad. Heracles sumergió sus flechas en la sangre de la hidra para hacerlas letales, y luego regresó a Micenas junto con Iolao. El cangrejo Carcino, a quien Hera quiso recompensar por el sacrificio consumado, fue acogido en el cielo, y formo la constelación de cáncer, junto a la de leo. Según una versión del mito, Euristeo se negó a considerar esta hazaña como uno de los trabajos encomendados a Heracles, a causa del papel determinante desempeñado en la empresa por Iolao.


Minotauro


Monstruos y criaturas mitologicas,con info e imagenes

grecia


El Minotauro era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro.Existen varias versiones acerca de la afrenta que ocasionó que la esposa de Minos, Pasífae, tuviera la necesidad de unirse al toro de Creta. La versión más extendida dice que Minos, hijo de Zeus y de Europa, pidió a Poseidón apoyo para suceder al rey Asterión de Creta frente a sus hermanos Radamantis y Sarpedón y ser reconocido como tal por los cretenses. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual Minos prometió sacrificar en su nombre.Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las cualidades del hermoso toro blanco, lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que el dios del océano no se diera cuenta del cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso toro blanco que Minos guardó para sí.

El laberinto de Creta y el tributo de Atenas

El castigo de Poseidón continuaba. El Minotauro sólo comía carne humana, y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Minos ordenó a Dédalo construir una jaula gigantesca de la cual el Minotauro no pudiera escapar. Dédalo entonces construyó el laberinto, una estructura gigantesca compuesta por cantidades incontables de pasillos que iban en distintas direcciones, entrecruzándose entre ellos, de los cuales sólo uno conducía al centro de la estructura, donde el Minotauro fue abandonado
A la par que el laberinto encerraba al Minotauro, uno de los hijos de Minos, Androgeo, fue asesinado en Atenas después de una competición olímpica donde quedó campeón. El rey de Creta declaró la guerra a los atenienses. Minos atacó el territorio ateniense y, ayudado por la peste que azotó a los asediados, conquistó Megara e hizo rendir a Atenas.La victoria de Minos imponía varias condiciones por la rendición, y se dice que el oráculo de Delfos fue quien aconsejó a los atenienses ofrecer un tributo a Creta.Así, una de las condiciones emergentes era entregar a siete jóvenes y siete doncellas como sacrificio para el Minotauro. Existen dos versiones conocidas acerca de la frecuencia de este tributo. Según una historia, las catorce vírgenes eran enviadas anualmente; en cambio, otra versión dice que los siete muchachos y siete doncellas eran llevados cada nueve años. Los catorce jóvenes eran internados en el laberinto, donde vagaban perdidos durante días hasta encontrarse con la bestia, sirviéndole de alimento.
Años después de impuesto el castigo a los atenienses, Teseo, hijo de Egeo, se dispuso a matar al Minotauro y así liberar a su patria de Minos y su condena. Se cuentan dos cosas acerca de cómo llegó Teseo a introducirse en el laberinto de Creta. Unos dicen que después de ayudar a Egeo contra los Palántidas, Teseo se enteró del sacrificio de los jóvenes y decidió él mismo ser parte de la ofrenda para enfrentarse a la bestia. Otra narración dice que era el propio Minos quien elegía a los jóvenes que servirían de alimento al Minotauro,y, enterado del aprecio que sentía Egeo por Teseo, quiso que éste fuera devorado en el laberinto. Era la tercera vez que catorce jóvenes atenienses, siete muchachos y siete muchachas, iban a ser sacrificados en favor de la bestia antropófaga cuando Teseo llegó a Creta, 27 años después de iniciado el terror del Minotauro.
Al llegar a Creta, los jóvenes fueron presentados a Minos. Teseo conoció entonces a Ariadna, hija del rey, quien se enamoró de él. La princesa rogó a Teseo que se abstuviera de luchar con el Minotauro, pues eso le llevaría a una muerte segura, pero Teseo la convenció de que él podía vencerlo. Ariadna, viendo la valentía del joven, se dispuso a ayudarlo, e ideó un plan que ayudara a Teseo a encontrar la salida del laberinto en caso de que derrotara a la bestia. En realidad ese plan fue solicitado por parte de Ariadna a Dédalo, quien se las había ingeniado para construir el laberinto de tal manera que la única salida fuera usar un ovillo de hilo, el cual Ariadna le entregó para que, una vez que hubiera ingresado en el laberinto, atara un cabo del ovillo a la entrada. Así, a medida que penetrara en el laberinto el hilo recordaría el camino y, una vez que hubiera matado al Minotauro, lo enrollaría y encontraría la salida.

Quimera








En la mitología griega, Quimera era un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna, que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales. Fue madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea.Las descripciones varían desde las que decían que tenía el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros de una serpiente o un dragón y la cabeza de un león, hasta las que afirmaban que tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y la última de dragón, que nacía en la cola. Todas las descripciones coinciden sin embargo en que vomitaba fuego por una o más de sus cabezas. Era sumamente rápida.
Quimera fue derrotada finalmente por Belerofonte con la ayuda de Pegaso, el caballo alado, a las órdenes del rey Iobates de Licia. Hay varias descripciones de su muerte: algunas dicen simplemente que Belerofonte la atravesó con su lanza, mientras que otras sostienen que la mató cubriendo la punta de la lanza con plomo que se fundió al ser expuesto a la ardiente respiración de Quimera.

Can Cerbero

 mitologia griega



En la mitología griega, Cerbero,también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas, con una serpiente en lugar de cola.
Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. La existencia de un perro infernal en la entrada de los infiernos parece que ya estaba presente en la mitología indoeuropea original, pues aparece en los mitos de otros pueblos indoeuropeos, como es el caso del perro ensangrentado Garm en la mitología escandinava.
El último de los doce trabajos de Heracles fue capturar a Cerbero. Viajó primero a Eleusis para ser iniciado en los misterios eleusinos y aprender así cómo entrar y salir vivo del Hades, y de paso para absolverse a sí mismo de la culpa por haber matado a sus hijos. Encontró la entrada al inframundo en Tanaerum. Atenea y Hermes le ayudaron a traspasar la entrada a la ida y a la vuelta. Gracias a la insistencia de Hermes y a su propio aspecto fiero, Caronte le llevó en su barca a través del Aqueronte.
Mientras estaba en el inframundo, Heracles liberó a Teseo, pero la tierra tembló cuando intentó liberar a Pirítoo, por lo que tuvo que dejarlo atrás. Ambos habían sido encarcelados por Hades, quien los había sujetado mágicamente a un banco cuando intentaron secuestrar a Perséfone. Dicha magia era tan fuerte que cuando Heracles tiró de Teseo para liberarlo, parte de los muslos de éste quedaron pegados al banco, lo que explicaría por qué sus descendientes tenían muslos notablemente delgados.
En algunas versiones, Heracles simplemente pidió permiso a Hades para llevarse a Cerbero, a lo que éste accedió siempre que Heracles no hiciera daño al perro, pero en otras versiones Heracles disparó una flecha a Hades. Tras esto, en algunas versiones Heracles luchó con el perro y lo arrastró fuera del Hades, pasando por la cueva Aquerusia, pero en otras Heracles trató con amabilidad al fiero perro por primera vez, y éste le acompañó afuera dócilmente.



Arpias

grecia


En la mitología griega, las Harpías o Arpías eran hermosas mujeres aladas conocidas principalmente por robar constantemente la comida de Fineo antes de que éste pudiera comerla, haciendo cumplir así un castigo impuesto por Zeus. Esto las llevó a pelear con los Argonautas. En tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos alados de afiladas garras, que es como se les conoce popularmente.
Las Harpías eran hijas de Electra y Taumante y hermanas de Iris. Hesíodo las describía en su Teogonía como criaturas de «adorables cabellos».
Fineo, un rey de Tracia, tenía el don de la profecía. Zeus, furioso con él por haber revelado secretos de los dioses del Olimpo contra la voluntad de éstos, le castigó confinándole en una isla con un festín del que no podía comer nada, pues las Harpías siempre robaban la comida de sus manos justo antes de que pudiera tomarla. Este castigo se prolongó hasta la llegada de Jasón y los argonautas, que enviaron a los héroes alados, los Boréadas, Calais y Zetes, tras las Harpías. Éstos lograron espantarlas, pero no las mataron a petición de Iris, quien prometió que Fineo no volvería a ser molestado por ellas. Agradecido por su ayuda, Fineo contó a los Argonautas cómo superar las Simplégades para poder continuar su periplo.
La versión básica de este mito, a medida que fue contada una y otra vez, añadió nuevos detalles: a saber, que las Harpías no robaban la comida sino que la ensuciaban con sus excrementos, haciéndola incomible. Pronto fueron vistas como difusoras de suciedad y enfermedad, adquiriendo también su más famosa apariencia monstruosa.
Con esta forma fueron agentes del castigo, que raptaban a la gente y la torturaban de camino al Tártaro. Eran despiadadas, crueles y violentas y vivían en las islas Estrófades. Solían ser vistas como personificaciones de la naturaleza destructiva del viento.
Según Hesíodo, las Harpías eran originalmente dos: Aelo (‘viento tempestuoso’, a veces llamada Nicótoe) y Ocípete (‘vuelo rápido’). Posteriormente los romanos añadieron a Celeno (‘la oscura’), considerada la más malvada de todas. Homero nombra en la Ilíada una llamada Podarge (‘pies veloces’), madre, tras unirse con el viento Céfiro, de Janto y Balio, caballos de Aquiles. También se hace a las arpías madres de Flógeo y Hárpago, caballos de los Dioscuros (Cástor y Pólux).
Eneas encontró a las Harpías en las Estrófades cuando éstas robaron repetidamente el banquete que los troyanos estaban preparando. Celeno los maldijo, diciendo que los troyanos estarían tan hambrientos que se comerían sus mesas antes de que el día terminase. Los troyanos huyeron asustados.

Leon de Nemea

monstruos



En la mitología griega el león de Nemea era un despiadado monstruo que vivía en Nemea. Finalmente fue vencido por Hercules. Suele considerársele hijo de Tifón y Equidna o de Ortos y Quimera, aunque también se ha dicho que habría caído desde la luna, como hijo de Zeus y Selene.
El primero de los doce trabajos de Heracles fue matar al león de Nemea y despojarle de su piel.El león había estado aterrorizando los alrededores de Nemea, y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a las armas. Cuando Heracles se dirigía a cazar al león se hospedó en casa de Molorco, partiendo después hacia la guarida de la fiera.
Cuando Heracles se enfrentó a él por primera vez, usando su arco y sus flechas, un garrote hecho de un olivo (que él mismo había arrancado de la tierra) y una espada de bronce, todas las armas resultaron inútiles. La morada del animal tenía dos entradas: Hercules lo azuzó hasta que el animal penetró en ella, taponó una de las entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y estranguló metiéndole un brazo por la garganta hasta asfixiarle. (En algunas variantes, Heracles estrangulaba realmente a la bestia.)
Heracles llevó el cuerpo del león a Micenas para que lo viera el rey Euristeo, quien elegía qué tareas debía cumplir el héroe en el camino de los doce trabajos. Pero éste se asustó tanto que prohibió a Heracles volver a entrar a la ciudad, y le ordenó que de ahí en adelante le mostrase el fruto de sus trabajos desde fuera. Euristeo mandó a sus herreros que le forjase una tinaja de bronce que escondió bajo tierra, y en la que se refugiaba cada vez que se anunciaba a Heracles, comunicándole sus instrucciones a través de un heraldo.
Heracles empleó horas intentando desollar al león sin éxito. Por fin Atenea, disfrazada de vieja bruja, ayudó a Heracles a advertir que las mejores herramientas para cortar la piel eran las propias garras del león. De esta forma, con una pequeña intervención divina, consiguió la piel del león, que desde entonces vistió a modo de armadura.

Las Gorgonas

mitologia griega


En la mitología griega, una gorgona era un despiadado monstruo femenino a la vez que una deidad protectora procedente de los conceptos religiosos más antiguos. Su poder era tan grande que cualquiera que intentase mirarla quedaba petrificado, por lo que su imagen se ubicaba en todo tipo de lugares, desde templos a cráteras de vino, para propiciar su protección. La gorgona llevaba un cinturón de serpientes, entrelazadas como una hebilla y confrontadas entre sí.
En mitos posteriores se decía que había tres gorgonas, Medusa, Esteno y Euríale, y que la única mortal de ellas, Medusa, tenía serpientes venenosas en lugar de cabellos como castigo por parte de la diosa Atenea. Esta imagen se hizo particularmente famosa, si bien la gorgona aparece en los registros escritos más antiguos de las creencias religiosas de la Antigua Grecia, como en las obras de Homero.
La gorgona ocupaba el lugar principal del pedimento de un templo en Corfú. Se trata del pedimento de piedra más antiguo de Grecia, estando fechado c. 600 a. C.
En mitos posteriores, Medusa era la única mortal de las tres gorgonas, y Perseo pudo matarla cortándole la cabeza. De la sangre que brotó del cuello surgieron Crisaor y Pegaso, sus dos hijos con Poseidón. Otras fuentes afirman que cada gota de sangre se transformó en una serpiente. Perseo le dio la cabeza, que tenía el poder de petrificar a quienes la veían, a Atenea, quien la puso en su escudo. Según otra versión, Perseo la enterró en el mercado de Argos.
Según una tradición, Perseo o Atena usaron la cabeza de Medusa para petrificar a Atlas, transformándole en los montes Atlas, que sujetaban el cielo y la tierra. También la usó contra el rey Polidectes, quien le había enviado originalmente a matar a Medusa con la esperanza de librarse de él y casarse con su madre, Dánae. Perseo volvió y usó la cabeza de Medusa para petrificar al rey y a toda su corte.


Grifos

grecia


El grifo es una criatura mitológica, cuya parte superior es la de un águila gigante, con plumas doradas, afilado pico y poderosas garras. La parte inferior es la de un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y cola.
Algunos grifos se representan con orejas puntiagudas en la cabeza o plumas en la cola. De acuerdo a los mitos, es ocho veces más grande y fuerte que un león común y no es raro que se lleve a un jinete con su caballo, o a un par de bueyes, que entran en sus patas. Con sus garras se fabrican copas para beber, y con sus costillas arcos para tirar flechas.
Parece tener su origen en Oriente Próximo, pues se le encuentra en las pinturas y esculturas de los antiguos babilonios, asirios y persas.
También se encuentran representaciones de grifos en la pintura minoica, como en el famoso sarcófago de Hagia Triada.
Una leyenda griega relata que el dios Apolo había ido a buscar grifos y había regresado a Grecia cabalgando sobre los lomos de uno de ellos. Estaban consagrados a Apolo y vigilaban sus tesoros para protegerlos de los Arimaspos. También custodiaban las cráteras de vino de Dioniso.
Un mito más reciente cuenta que se encargaban de velar por el oro que había en los desiertos del norte de la India. La razón de esta vigilancia podía deberse al deseo de proteger sus crías, puesto que ponían sus nidos en las montañas de las cuales se extraía el preciado metal.
Los romanos lo usaban simplemente con propósitos decorativos en frisos y en patas de mesa, altares y candelabros. El motivo del grifo se utilizó en los primeros tiempos del cristianismo en los bestiarios (o alegorías de animales) de san Basilio y san Ambrosio. Réplicas de piedra sirven con frecuencia como gárgolas en la arquitectura gótica de la baja Edad Media.
El grifo es también un emblema en la heráldica, como el unicornio, el león, el hipogrifo y otros. Al igual que éstos, aparece varias veces en escudos de familia y estandartes. Representa convencionalmente la fuerza, el valor y la vigilancia.

Centauro

monstruos

Monstruos y criaturas mitologicas,con info e imagenes


En la mitología griega, los centauros (en griego Κένταυρος Kentauros, ‘matador de toros’, ‘cien fuertes’, plural Κένταυρι Kentauri; en latín Centaurus/Centauri) son una raza de seres con el torso y la cabeza de humano y el cuerpo de caballo. Las versiones femeninas reciben el nombre de centáurides.
Vivían en las montañas de Tesalia y eran hijos de Ixión y Néfele, la nube de lluvia. Alternativamente, se les consideraba hijos de Kentauros (el hijo de Ixión y Néfele) y algunas yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe. A veces se cuenta que Ixión planeaba mantener relaciones sexuales con Hera pero Zeus, su esposo, lo evitó moldeando una nube con la forma de Hera. Puesto que Ixión es normalmente considerado el ancestro de los centauros, puede hacerse referencia a ellos poéticamente como Ixiónidas.
Los centauros son muy conocidos por la lucha que mantuvieron con los lápitas, provocada por su intento de raptar a Hipodamía el día de su boda con Pirítoo, rey de los lapitas y también hijo de Ixión. La riña entre estos primos es una metáfora del conflicto entre los bajos instintos y el comportamiento civilizado en la humanidad. Teseo, un héroe y fundador de ciudades que estaba presente, inclinó la balanza del lado del orden correcto de las cosas, y ayudó a Pirítoo. Los centauros huyeron. (Plutarco, Teseo, 30; Ovidio, Las metamorfosis xii. 210; Diodoro Sículo iv. 69, 70.) Escenas de la batalla entre los lápitas y los centauros fueron esculpidas en bajorrelieves en el friso del Partenón, que estaba dedicado a la sabia Atenea.
Como la Titanomaquia, la derrota de los Titanes por los dioses olímpicos, las contiendas con los centauros representan la lucha entre la civilización y el barbarismo y es conocida como Centauromaquia.


Esfinge

hercules


Esfinge es el nombre helenizado de un ser fabuloso que se suele representar, generalmente, como un león recostado con cabeza humana. Las esfinges fueron ideadas por los antiguos egipcios y formaban parte de su compleja mitología; también tuvieron relevancia cultural en la mitología de los antiguos griegos.
Las esfinges eran símbolo de la realeza, ya que representaban la fuerza y el poder del león, y la vida después de la muerte, motivo por el que aparecen en muchas tumbas en forma de relieve. Durante el Imperio Nuevo se representaron como esfinges a algunos dioses, como Amón.
La mayor y una de las más antiguas representaciones escultóricas es la Gran Esfinge que se encuentra en Guiza. También era habitual situar esfinges a ambos lados de las avenidas que conducían a los templos.Entre el recinto del templo de Amón en Karnak y el de Amón en Luxor, existía una avenida (dromos) de varios kilómetros flanqueada por cientos de esfinges con cabezas de carneros o humanas.
La esfinge egipcia ha ido variando a lo largo de la historia, cambiando su apariencia según las tendencias culturales del momento.Se conocen algunas con aspecto femenino: la esfinge de Hetepheres II es la más antigua conocida. La del Museo Barracco de Roma, realizada en granito negro y atribuida a Hatshepsut, y otra conservada en el Museo del Cairo de la misma reina, sería la imagen de la primera reina-faraón en ser representada en esta forma.Otras reinas cuyo rostro se puede ver en esfinges fueron Mutnedyemet y Nefertiti.

Unicornios

Mitologia


mitologia griega



El unicornio es una criatura mitológica representada habitualmente como un caballo blanco, con patas de antílope, barba de chivo, y un cuerno en su frente. En las representaciones modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose en la existencia del cuerno mencionado.
Las primeras versiones del mito del unicornio son del médico griego Ctesias, historiador griego del siglo V a. C., y datan del año 400 a. C. durante sus expediciones a la India, quien lo describió como un animal silvestre de la India con la aparencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color azul intenso. El cuerno de esta prodigiosa bestia, según la descripción de Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca, y tenía propiedades medicinales que permitían sanar problemas estomacales, epilepsia o envenenamientos.
También era descrito como un animal blanco con cuerpo de caballo, barba de chivo, patas de ciervo y cola de jabalí o de león, con un cuerno espiral en su frente que crecía recto hacia delante. El unicornio era un animal de hábitos solitarios y muy esquivo, pero igualmente agresivo, así que su caza era particularmente difícil. Los nobles de la Edad Media enviaban cazadores a la India para dar caza al unicornio.
Durante la Edad Media era perseguido por su cuerno ya que brindaba protección contra todos los venenos así como enfermedades, lo cual lo hacía muy longevo a quien se lo administraba; los nobles y los hombres buscaban estos dones consumiendo ese cuerno en forma de polvo en la comida y bebida, preferiblemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este remedio contra la muerte, los nobles de la antigüedad pagaban cifras astronómicas. De este modo creían que jamás podrían ser envenenados.
En realidad, la materia prima de estas milagrosas copas debía provenir de los cuernos de algún rinoceronte o del comillo del narval, una pequeña ballena cuyos machos desarrollan tales colmillos a partir de uno de los dos únicos dientes que poseen. Se ha especulado mucho sobre la identidad del animal que pudo haber dado principio a la leyenda del unicornio. La explicación más plausible es que naciera como un intento de Ctesias y sus ayudantes de describir el rinoceronte de la India, un animal de hasta cuatro toneladas que, efectivamente posee un único cuerno sobre su hocico.
A su vez simbolizaba la virginidad, es por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se simplificaba mucho cuando los cazadores usaban una joven virgen con la que atraer a la criatura y amansarla, de forma que matarlo resultaba mucho más fácil.

Ciclope

grecia


En la mitología griega, los Cíclopes, que viene de eran los miembros de una raza de gigantes con un solo ojo en mitad de la frente.
Había dos generaciones de Cíclopes:

Primera generación
Los Cíclopes de la primera generación eran hijos de Urano y Gea, y conocidos artesanos y constructores. Eran gigantes con un solo ojo en mitad de la frente y un temperamento horrible. Según Hesíodo eran fuertes, testarudos, y de «bruscas emociones». Eventualmente sus nombres llegaron a ser sinónimo de fuerza y poder, y se usaban para referirse a armas especialmente bien manufacturadas.
Fueron tres: Brontes, Estéropes y Arges (aunque algunas fuentes cambian a Arges por Acmónides o Piracmón). Había también otros cuatro llamados Euríalo, Elatreo, Traquio y Halimedes, que presumiblemente eran hijos de los tres primeros.
Urano temía su fuerza y les encerró en el Tártaro. Más tarde Crono, otro hijo de Urano y Gea, liberó a los Cíclopes, junto con los Hecatónquiros y los Gigantes. Le ayudaron a derrocar y castrar a Urano, pero Crono les volvió a encarcelar en Tártaro, donde permanecieron, guardados por Campe, hasta que Zeus los liberó. Forjaron rayos para que Zeus los usase como arma y le ayudaron en la guerra para derrocar a Crono y a los otros Titanes (Titanomaquia). Los rayos que se convirtieron en el arma predilecta de Zeus fueron forjados por los tres Cíclopes: Arges ponía el brillo, Brontes el trueno, y Estéropes el relámpago.
Esta primera generación de Cíclopes también creó un tridente que producía terremotos para Poseidón, el arco y las flechas de Artemisa, y el casco de invisibilidad que Hades le dio a Perseo en su búsqueda para matar a Medusa. Ayudaron a Hefesto y se dice que construyeron el primer altar, así como las murallas y fortificaciones de Tirinto y Micenas en el Peloponeso, entre otras. Los ruidos que surgían del corazón de los volcanes se atribuían a sus operaciones.
Se cuenta posteriormente que fue Apolo quien mató a los Cíclopes, después de que Zeus matase a su hijo, Asclepio, con un rayo forjado por ellos. Aunque puede suponerse que estos cíclopes eran inmortales, por lo que quizá los cíclopes que Apolo mató fuesen sus hijos.

Segunda generación
La segunda generación de Cíclopes fue una primitiva tribu de enormes monstruos de un solo ojo descubierta por Odiseo en una remota isla (en ocasiones identificada con Hesperia). Se decía que estaban estrechamente relacionados con los Gigantes y con una tribu fenicia (los Phaiakai) surgidos de las gotas de sangre que cayeron sobre Gea (la tierra) cuando Urano fue castrado.
Sin embargo, el cíclope más conocido de esta generación era un hijo de Poseidón y la ninfa Toosa llamado Polifemo. Otro de los cíclopes de la segunda generación fue Telemo, un vidente.

Dragon

monstruos


El dragón es un animal mitológico que aparece en diversas formas en varias culturas de todo el mundo, con diferentes simbolismos asociados.
Las interpretaciones más familiares de dragones son los Dragones europeos, derivados de la tradición popular y de la mitología de Grecia y Próximo Oriente, y también las de Dragones orientales. La palabra dragón deriva del griego δράκων (drákōn), "dragón, serpiente de gran tamaño, o serpiente de agua''.

Sirenas



Las sirenas, son seres mitológicos que se encuentran dentro de los relatos de la mitología romana, estos seres habitaban las profundidades del mar, conocidas por su hermoso canto, atractivo aspecto y su hábito de atraer navegantes hasta las costas cubiertas de rocas, con la finalidad de hacer a los barcos naufragar, para así devorar a la tripulación.

Según las leyendas de la mitología romana las sirenas estaban obligadas a vivir hasta que los mortales les escucharan cantar y tuvieran la capacidad de ignorarlas.

Elfos



Los elfos son seres que pertenecen a la mitología nórdica, habitaban en los bosques, poseían un aspecto delicado, con piel pálida, y cabello claro. Cuentan con grandes cualidades de destreza, conocen todo lo que habita en el bosque, y se defienden con arcos, flechas, y espadas.

Fauno



Los faunos son seres que corresponden a la mitología griega, su apariencia es la de un ser mitad cabra y mitad humano, se cree que los faunos son seres del bosque, que ayudarían o molestarían a los humanos, los faunos no deben ser confundidos con los Sátiros, pues son criaturas diferentes.


Los faunos son asociados con seres sabios, que se encuentran para ayudar a los viajeros del bosque, sin embargo, en algunos casos esto no se cumplía.

Sátiros



Estos seres pertenecen a la mitología griega, los sátiros son conocidos por su amor por el vino y a las mujeres, vagan con flautas, así como también persiguen a las ninfas, pues siempre se encuentran listos para el placer físico.


Los sátiros cuentan con una apariencia similar a la de los faunos, sin embargo, estos son de menor estatura, poseen piernas, cola y orejas de caballo. En el arte romano se recreaba su imagen con cuernos de cabra o protuberancias en la cabeza.


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Mitología nórdica


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Hallazgo histórico: un pasaje bíblico de hace 2.600 años fue corroborado por arqueólogos

El pasaje está escrito en el Libro de Jeremías y marca el sitio y la destrucción de Jerusalén por parte del Rey de Babilonia.

Túneles en la Ciudad de David, en Jerusalén (Turismo Israel)

La Ciudad de David, en Israel, se ha convertido en un tesoro arqueológico sin precedentes para los científicos y para los estudiosos bíblicos: allí los expertos han podido determinar que un pasaje bíblico clave y que relata un hecho de hace 2.600 años en verdad ocurrió y no fue escrito para generar una leyenda.

En ese lugar histórico, arqueólogos excavaron y encontraron objetos milenarios que datan de esa fecha y que, como dicta la Biblia o Antiguo Testamento, estaban quemados. El descubrimiento, aseguran los científicos, confirma la referencia sobre el gran incendio de Jerusalén y la captura de la ciudad por parte de los babilonios.

(Turismo Israel)

Los investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel halló allí huesos, semillas de uva, una diminuta estatua, madera y cerámica todos quemados. Además, estaban cubiertos de capas de cenizas, según consignó The Times of Israel.


"Estos sellos son característicos del final del período del Primer Templo y fueron usados para el sistema administrativo que se desarrolló hacia el final de la dinastía de Judea", señaló Ortal Chalaf, co-director del organismo. Otro de los responsables del estudio, Joe Uziel, explicó que muchos de los ítems tenían estampados rosetas que sirvieron para determinar el tiempo en que fueron hechos.

(Autoridad de Antigüedades de Israel)

(Autoridad de Antigüedades de Israel)

(Autoridad de Antigüedades de Israel)

(Autoridad de Antigüedades de Israel)

"La clasificación de los objetos facilitó el control, supervisión, recolección, comercialización y almacenamiento de los rendimientos de los cultivos. La roseta, en esencia, reemplazó el sello 'Para el Rey' utilizado en el anterior sistema administrativo", añadió Chalaf respecto a los objetos encontrados.

La referencia al sitio y la quema de Jerusalén está en el Libro de Jeremías, cuando habla de la presencia de Nebuzaradán, capitán de la guardia y serviente de Nabucodorosor, rey de Babilonia. Los restos del incendio también pueden verse en otras partes de la gran ciudad israelí, pero en ninguna parte como en la Ciudad de David.

Grandes descubrimientos arqueológicos que quizás no conocías

Tesoros ocultos y ciudades perdidas más allá de Machu Picchu y Tutankamón

Templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari, cerca de Luxor.
Templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari, cerca de Luxor. NICK BRUNDLE PHOTOGRAPHY GETTY

1. Las momias reales de Deir el-Bahari (Egipto)
Un tórrido día de julio de 1881, un ladrón de tumbas llamado Mohammed Abdel Rasul condujo al egiptólogo berlinés Émile Charles Adalbert Brugsch (1842-1930) hasta el acantilado que domina el templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari, cerca de Luxor. Tras una difícil ascensión de unos 60 metros llegaron hasta una fisura que hay en la pared de roca: cuidadosamente disimulada con arena y piedras, apareció la entrada de un pozo que se hunde en la montaña. Allí, a 11 metros de profundidad, se amontonaban los féretros con los nombres grabados de 11 faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII y XIX), personajes como Tutmosis III, Seti I, Amosis el Libertador o el gran Ramsés II. “Vi tal número de ataúdes que sentí que las piernas me temblaban”, escribiría después Brugsch, quien actuaba como sustituto de su jefe Gaston Maspero, que se hallaba en París, tras la pesquisa de los Abdel Rasul, conocidos expoliadores del pueblo de Qena. Los ladrones habían confesado y era necesario actuar con rapidez para impedir que los tesoros del escondrijo se desvanecieran. ¿Qué hacían allí aquellas momias, fuera de sus tumbas originales en el Valle de los Reyes? Piadosos sacerdotes tebanos los habrían ocultado en aquel lugar tras los saqueos de tumbas ocurridos a finales del Imperio Nuevo. El escondite fue hallado casualmente por los Rasul, que guardaron durante años el secreto del hallazgo trapicheando con piezas del ajuar de las momias (que hoy se exhiben en una sala especial del Museo Egipcio en El Cairo) hasta que fueron descubiertos.

Una de las estructuras de la ciudad maya de Calakmul, en México.
 Una de las estructuras de la ciudad maya de Calakmul, en México.


2. Calakmul (México)
Durante casi 12 siglos, Calakmul, en el Estado mexicano de Campeche (Yucatán), fue el mayor centro de poder del mundo maya, capital del reino de la Cabeza de Serpiente y rival de Tikal. Sus imponentes estructuras piramidales —uno de los últimos descubrimientos de la arqueología mesoamericana— asoman sobre la tupida vegetación de la selva, más de 720.000 hectáreas de bosque tropical declaradas patrimonio mundial.

Busto de la reina Nefertiti.
 Busto de la reina Nefertiti.

3. Tell el-Amarna (Egipto)
Hace ya más de un siglo que la bella Nefertiti, “señora de la dulzura”, esposa del faraón hereje Amenofis IV (1353-1336 a.C.), que cambió su nombre por el de Akenatón, llegó a Berlín. Su célebre busto, convertido en canon de belleza, fue hallado entre las ruinas del taller del escultor Tutmose en el curso de las excavaciones en Tell el-Amarna que dirigía el egiptólogo alemán Ludwig Borchardt; hoy reina altiva desde su pedestal en las salas de arte egipcio del Neues Museum, remodelado por el arquitecto británico David Chipperfield.

Petroglifos de Twyfelfontein (Namibia).
 Petroglifos de Twyfelfontein (Namibia).

4. Petroglifos de Twyfelfontein (Namibia)
Las areniscas rojas del valle de Twyfelfontein, en la región de Kunene, al noroeste de Namibia, albergan una de las mayores concentraciones de petroglifos de África. Descubierto en 1921 por el topógrafo alemán Reinhard Maack, el lugar fue reconocido en 2007 como patrimonio mundial y se compone de 15 localizaciones con más de 2.500 grabados de animales y figuras esquemáticas que sirvieron para ritos chamánicos. La mayoría de ellos se hallan en buen estado de conservación, y representan rinocerontes, leones, elefantes, avestruces y jirafas; también hay varios abrigos con pinturas de ocre rojo con figuras humanas. El conjunto documenta las prácticas rituales de las poblaciones de cazadores-recolectores en esta región del África meridional desde hace más de 5.000 años.

Poblado neolítico de Skara Brae (Islas Orcadas, Escocia).
 Poblado neolítico de Skara Brae (Islas Orcadas, Escocia).

5. Poblado de Skara Brae (Islas Orcadas, Escocia)
En 1850, una tormenta sacó a la luz el poblado neolítico de Skara Brae, enterrado durante siglos bajo las dunas de una bahía de arena a 13 kilómetros de Stromness, en Mainland, la isla más grande de las Orcadas, al norte de Escocia. Anterior a la Gran Pirámide y a Stonehenge, Skara Brae fue ocupada entre el 3100 y el 2500 a.C. Declarado patrimonio mundial por la Unesco, el yacimiento está tan bien conservado que parece que sus habitantes acabaran de abandonarlo.

Sigiriya, gigantesca peña de paredes verticales donde el rey parricida Kasyana construyó en el siglo V su inexpugnable ciudadela cortesana.
 Sigiriya, gigantesca peña de paredes verticales donde el rey parricida Kasyana construyó en el siglo V su inexpugnable ciudadela cortesana.

6. Sigiriya (Sri Lanka)
En Sri Lanka, la Serendip de las fábulas orientales, abundan las cosas maravillosas e inesperadas. Lugares como Sigiriya, gigantesca peña de paredes verticales donde el rey parricida Kasyana construyó en el siglo V, a 200 metros de altura, su inexpugnable ciudadela cortesana. Sigiriya (Roca del León) recibe su nombre por las enormes garras de león que marcan el lugar de la puerta de acceso al antiguo palacio, con galerías que adornan pinturas al fresco de bellas apsaras: las ninfas celestiales de la mitología hindú, bailarinas en la corte del dios Indra. El entorno, con fosos cubiertos de nenúfares, jardines acuáticos y tranquilos altares, no hace sino acrecentar su misterio.

Ruinas de Great Zimbabwe, la mayor ciudad medieval del África subsahariana.
 Ruinas de Great Zimbabwe, la mayor ciudad medieval del África subsahariana.


7. Great Zimbabwe (Zimbabue)
Cegado por sus prejuicios culturales y raciales, el explorador alemán Karl Mauch (1837-1875) —“un individuo oscuro, intratable y difícil, obsesionado por realizar grandes descubrimientos”— se negó a reconocer que las monumentales ruinas de Great Zimbabwe, la fabulosa ciudad de piedra y oro descubierta en 1531 en el África subsahariana por el navegante portugués Vicente Pegado, fueran obra de negros, y creyó ver en ellas los restos del mítico palacio edificado por el rey Salomón para la reina de Saba. En realidad fue construida allá por el siglo XII por gentes de etnia bantú: Great Zimbabwe fue la capital de un gran reino subsahariano que se extendía por el este de Zimbabue y los actuales Botsuana, Mozambique y Sudáfrica. Reconocida como patrimonio mundial por la Unesco, se calcula que en su momento de mayor esplendor, entre 1100 y 1450, pudo acoger hasta 18.000 habitantes.

Estatua del procónsul Marcus Nonius Balbus delante de un fresco dedicado a Hércules en las ruinas de Herculano.
Estatua del procónsul Marcus Nonius Balbus delante de un fresco dedicado a Hércules en las ruinas de Herculano.

8. Herculano (Italia)
La antigua ciudad de Herculano, mucho más pequeña que la vecina Pompeya y destruida el mismo día —el 24 de agosto del año 79— por la erupción del Vesubio, estaba rodeada por unas frágiles murallas al pie del volcán, en una colina que se precipitaba a pico sobre el mar. Se calcula que en el momento de su destrucción tenía unos 4.000 habitantes que disponían de un teatro, basílica, acueducto, foro, termas y una red de fuentes públicas. Las excavaciones de Herculano comenzaron en 1738. El flujo piroclástico que la cubrió carbonizó la materia orgánica, pero conservó tanto las estructuras como los cuerpos humanos, algunos encontrados cerca de la costa, sorprendidos por la muerte mientras esperaban su rescate en un barco que nunca llegó. Pero lo más interesante son los cientos de pergaminos encontrados en la Villa de los Papiros, los textos de la única biblioteca de la Antigüedad que se conservan.

Ruinas de Troya, en la costa de Turquía.
Ruinas de Troya, en la costa de Turquía.

9. Troya (Turquía)
“Entre las ciudades que los mortales habitan bajo el sol y el cielo estrellado, la sagrada Ilión es la que prefiero, con Príamo y el pueblo de Príamo, de sólidas lanzas”, declara Zeus en la Ilíada. La leyenda cuenta que cuando el millonario y políglota alemán Heinrich Schielmann contaba siete años, su padre le regaló un ejemplar del libro y desde entonces aquel niño tuvo perfectamente claro que su destino en este mundo iba a ser encontrar las ruinas de Troya: estaba convencido de que la Ilión de las leyendas homéricas no podía ser un mito. Tardó más de 40 años en dar con ella en la punta noroccidental de la península de Anatolia, pero al final lo consiguió: para ser exactos, restos no de una, sino de hasta nueve ruinas de ciudades identificadas como Ilión o Troya, destruidas y reedificadas entre el año 3000 y el año 1000 antes de Cristo. A Schliemann se le reprocha que fue un arqueólogo diletante y, al parecer, algo tramposo: siempre ninguneó al británico Frank Calvert, que se le había adelantado en la búsqueda pero tuvo que abandonar por falta de dinero.

Reconstrucción de Ótzi realizada por Alfons & Adrie Kennis.
Reconstrucción de Ótzi realizada por Alfons & Adrie Kennis.

10. Otzi (Italia)
En septiembre de 1991 una pareja de excursionistas descubrió en un terreno glaciar del macizo de Ötztal, en los Alpes italianos, el cuerpo de un varón momificado que vivió hace 5.300 años, a finales del neolítico. Ötzi, como fue bautizado el hombre del hielo, portaba un arco de madera de tejo, varias flechas con punta de sílex, un gorro de piel de oso y otros utensilios, entre ellos un hacha de cobre con empuñadura de madera de tilo, su objeto más valioso. Analizando las proporciones de isótopos del metal, un equipo de investigadores la Universidad de Padua realizó un hallazgo sorprendente: el hacha de cobre de Ötzi provenía de la región de Toscana, a centenares de kilómetros de allí. Se abría así un mundo de intercambios comerciales y de viajes en un periodo de la prehistoria —el neolítico— que siempre se había asociado al sedentarismo, cuando los humanos dejamos de ser cazadores y recolectores nómadas para convertirnos en agricultores y ganaderos.