jueves, 21 de junio de 2018

ETER

Éter es el aire superior luminoso, también llamado Akmon (El cenit) o Akmê (el incansable). Era un Protogenos (uno de los dioses elementales primogénitos), es el dios luminoso, brillando azul en lo alto del cielo. Sobre él estaba el domo sólido de Urano (el cielo estrellado), Debajo de él se encontraba el transparente aire (Kaos-Aer). Por la tarde su madre Nyx cubría con su velo de oscuridad separando a Éter y a Aer trayendo la noche a los hombres.



En la mañana su hermana y esposa Hemera dispersaba este velo revelando el azul brillante del día. Éter era uno de los tres “aires”. El aire del medio era Aer o Khaos, una sustancia sin color que envolvía al mundo mortal. El más bajo estaba Erebos, el aire oscuro que envolvía al Tartato (inframundo) y el reino de los muertos. Sobre ello el aire superior era Éter, la luz, lugar donde de los dioses de cielo construían su morada. Envolvía las crestas montañesas, sobre las nubes. Las estrellas, el sol y la luna, fueron formadas de los fuegos concentrados de Éter.



El Éter aparece como el alma del mundo del que emana toda vida, aún hoy el nacimiento es llamado “dar a Luz [traer a la luz]”. El Éter en tiempos más tardes se consideró como el espacio ancho de cielo, residencia de los dioses, y a Zeus como el señor del Éter y su hermana Hemera [diosa del día] se asimiló a Hera (diosa del cielo). Algunas versiones señalan a Éter como padre o equivalente a Urano (el Cielo), llamándolo Akmon porque el movimiento celestial es incansable.

Epicurus (siglos IV a III a.C.) dice que el mundo empezó a semejanza de un huevo, que se dividió y formo al mundo en dos hemisferios, los átomos más finos flotaron arriba volviéndose el Aire Luminoso [Éter, Urano] y el Viento más enrarecido [Khaos, Aer], mientras los más pesados viajaron abajo, dando a la tierra seca [Gea, Gaia] y a las aguas fluidas [Ponto, Oceano]. De alguna forma los cuatro elementos clásicos: fuego (Éter), aire (Caos), agua (Pontos) y tierra (Gaia).